


3. Cuento este episodio como una de mis historias LGBT+ favoritas, no solo en series sino en medios audiovisuales en general. Lo tengo allá arriba con Portrait, Maurice y Cheerleader. Siento que es el ejemplo perfecto de cómo hacer una metáfora sobre la homofobia de forma efectiva, que tenga un impacto emocional sin ser cursi y sentimentaloide.