


El pigmento, una vez calcinado, es una torta sólida y compacta. Extráela del crisol y moltúrala. Para ello, puedes desmenuzarla primero con un mortero de porcelana (figura 11) y después molturar el pigmento con un molino de bolas (figuras 1 y 2), añadiendo un 65 % de agua.